Longevidad e impacto en el mundo laboral
Empecemos con una buena noticia: estamos viviendo más tiempo y con mejor calidad de vida que nunca antes en la historia. Gracias a los avances en salud, bienestar y tecnología, el concepto de "envejecimiento" está cambiando radicalmente.
Sin embargo, este fenómeno de longevidad trae consigo el reto de repensar el papel de las personas mayores en nuestra sociedad, especialmente en el entorno laboral.
En un contexto de envejecimiento global de la población, es fundamental entender cómo la nueva longevidad está transformando el mercado laboral y por qué es crucial desmantelar prejuicios como el edadismo, que afecta especialmente a personas mayores.
Una nueva realidad demográfica
En las últimas décadas, hemos sido testigos de un cambio radical en la composición de la población mundial. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), para el año 2050 se espera que más de 2,000 millones de personas en el mundo tengan 60 años o más, lo que representa un aumento significativo respecto a los 900 millones que había en 2015.
El aumento en la esperanza de vida no se traduce únicamente en una mayor cantidad de años, sino en una mejora en la calidad de esos años. No solo somos más longevos, sino que también estamos cada vez más capacitados, activos y saludables que generaciones anteriores a la misma edad. Desafortunadamente, nuestras sociedades y el mercado laboral aún no han sabido adaptarse completamente a esta realidad.
Las estructuras demográficas de la población a nivel global están invirtiendo la tradicional pirámide: hoy en día hay menos jóvenes y más adultos mayores en nuestras soceidades, realidad que permea cada vez más en la fuerza laboral. Según el Foro Económico Mundial, en varios países el 30% o más de la población activa tiene más de 50 años. El tejido empresarial debe prepararse para gestionar una fuerza laboral más longeva y diversa en términos de edad. Aun así, muchas organizaciones aún ven el envejecimiento como una desventaja, cuando en realidad puede representar una oportunidad invaluable para aprovechar el conocimiento, la experiencia y la estabilidad que los profesionales mayores aportan.
El edadismo y sus consecuencias
El edadismo, definido como la discriminación por motivos de edad, es una de las formas de prejuicio más extendidas y menos reconocidas en el entorno laboral. Los profesionales mayores de 45 años enfrentan dificultades desproporcionadas al momento de buscar empleo o intentar avanzar en sus carreras. Según datos de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), el 40% de los trabajadores mayores de 45 años reportan haber sido víctimas de discriminación etaria en algún punto de su carrera. En los procesos de selección, esta discriminación puede manifestarse en la preferencia por candidatos más jóvenes, o el descarte automático de perfiles mayores de 45 años, asumiendo erróneamente que la edad es un indicador de menos dinamismo, falta de flexibilidad o falta de habilidades tecnológicas.
Esta discriminación no solo afecta a los profesionales seniors, sino también a las empresas que se privan de aprovechar un recurso valioso. El talento senior suele traer consigo décadas de experiencia, habilidades consolidadas, amplias redes de contactos y un enfoque maduro hacia la resolución de problemas. Varios estudios han demostrado que los equipos intergeneracionales tienden a ser más productivos e innovadores, precisamente porque combinan la energía de la juventud con la sabiduría de la experiencia, aprovechando una mayor diversidad de pensamiento.
Para cambiar esta situación, es fundamental que las empresas y los profesionales de recursos humanos adopten políticas inclusivas que valoren la diversidad generacional. Iniciativas como la certificación Age-Friendly Employer buscan reconocer y promover a aquellas empresas que apuestan por un entorno inclusivo para todos los trabajadores, sin importar su edad. Saber reconocer y valorar las cualidades y aportes de cada generación, junto con crear entornos seguros y amigables para todas las generaciones, promoviendo la colaboración intergeneracional se vuelve cada vez más necesario para las empresas a medida que la fuerza laboral envejece.
En resumen…
Vivimos en una época en la que el concepto de envejecimiento está evolucionando. La nueva longevidad nos invita a repensar la manera en que vemos a los profesionales mayores, eliminando prejuicios y reconociendo el valor que aportan al mercado laboral.
Tenemos hoy la responsabilidad de anticiparnos y empezar a crear entornos inclusivos donde el edadismo no tenga lugar, promoviendo políticas que aprovechen el talento senior y fomenten la diversidad generacional. En un contexto donde la longevidad es una realidad y la “guerra por el talento” está cada vez más presente, ignorar el potencial de los trabajadores mayores de 45 años es, sin duda, un error costoso.
TODXS envejeceremos. Construir un futuro del trabajo donde la edad no sea un limitante está en nuestras manos. Debemos actuar desde ahora para asegurarnos de que todas las generaciones podrán contribuir y beneficiarse de un entorno inclusivo y libre de discriminación etaria.